“…Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé.” Cantares 1:6

Estamos en tiempos difíciles para las familias. Los problemas económicos se convierten en cargas que muchos hogares sufren. Los cambios psicosociales como la pérdida del valor de la unidad familiar están afectando la vida de todos los miembros del hogar. Los hijos se sienten abandonados ante la ausencia de sus padres que trabajan durante muchas horas, obligados por las circunstancias.

Por otro lado, la sociedad promueve el consumo como un medio de llenar, no sólo las necesidades básicas, sino también las carencias internas que muchos van cargando en la vida. Esto hace que constantemente las personas estén trabajando por conseguir los medios para su satisfacción, sin pensar en todas las horas que le están robando a su familia. Muchos lo justifican diciendo que es necesario por dos cosas. La primera, para darle una mejor calidad de vida a los hijos, lo cual no es cierto pues sólo les dan cosas materiales, y la segunda, que merecen tener cosas porque trabajan mucho. Viven en un círculo vicioso sin sentido, perdiendo de vista lo que es prioritario, como los hijos, la esposa o el esposo, y la familia como el núcleo que fortalece para enfrentar la vida. Parece que estamos cuidando algunas cosas, pero descuidamos lo esencial, que es el propio hogar.

Cuide su trabajo (hay que hacerlo) y estudios (es importante), pero lo esencial es su familia, sus hijos y su pareja, ellos requieren de sus cuidados. Usted me dirá ¿cómo lo hago? le comparto algunas ideas:

  1. Busque siempre un equilibrio entre el trabajo y la familia. Siempre la familia será una prioridad.
  2. Saque tiempo para estar con su pareja, para hablar, para divertirse, para disfrutar.
  3. Saque tiempo para sus hijos, buscando comunicarse, y siempre estar listo para oír, lento para hablar, y más lento para enojarse, esa es la clave de toda buena comunicación. (Santiago 1:19)
  4. Cuide que sus hijos estén bien en todo, que sus necesidades sean satisfechas, no solo de cosas materiales, sino también de otras como sentirse escuchado. Que ustedes como padres estén cuando ellos los necesitan.
  5. Disfrute de estar en casa. Esto es un tiempo no solo para descansar, sino también para hablar y reír con todos. Es un tiempo para hacerle sentir a su familia que están siendo verdaderamente cuidados.

Que Dios te ayude en todo lo que emprendas hoy.

Dr. Miguel e Irene Garita.
Ministerio Cuidado Familiar Región Mesoamérica