¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida…” Isaías 49:15-16 (RVR1960)

Como padres, usualmente nos preocupamos por dar la alimentación, vestido y el cuidado general de nuestros hijos, nos esforzamos para que no les falte nada y que estén siempre sanos. Nos sentimos felices cuando logramos verlos crecer con lo mejor que pudimos darles. En ocasiones hasta nos olvidamos de nosotros mismos, pensando que nuestros hijos valen todo nuestro esfuerzo y cuidado. Sin embargo, nos frustramos cuando ellos, ya adultos toman malas decisiones, y los vemos sufrir por sus errores. Esto hace que nos preguntemos ¿en qué fallamos, qué nos faltó darles, qué no hicimos bien?, sin embargo, queridos padres, hoy les compartimos una palabra de ánimo, recuerde no lo hicieron del todo mal, siempre hay elementos que no pudimos prevenir ni anticipar, además, los hijos/as, también tienen el derecho a tomar sus propias decisiones, aunque éstas no sean las mejores.

Lo que debemos tener claro como padres es que Dios tiene el cuidado de ellos, como dice el pasaje arriba “Dios nunca los olvida, los tiene en su mano” aunque ahora no lo vemos, démosle lo mejor de nosotros, que puede ser:

  1. Tú mejor sonrisa cada día.
  2. No te olvides decirles que estás orgulloso y feliz de que sea su hijo/a.
  3. Disfrute con sus hijos cuando triunfan, y cuando fracasan o sufran, deles su apoyo y confianza, y dígales que ya pasará, que Dios le sostendrá.
  4. Hágale saber y sentir que está con él en las buenas y en las malas, de manera incondicional.

Son las pequeñas/ grandes cosas que ellos (los hijos), desean de sus padres, esto, además les enseñará en el futuro que tienen a alguien en quien confiar, y aprenderán por lo vivido con ellos, que Dios no les dejará, sino que les sostendrá, dándoles el valor y la seguridad para enfrentar las dificultades de la vida. Por otro lado, les enseñará a confiar en Dios, como el ayudador de su vida.

Ser padres ahora es más complicado que hace un siglo, pero como padres conscientes, debemos entender que nuestra tarea principal es dar lo mejor de nosotros, y que esto lo hacemos cuando estamos dispuestos a dar las pequeñas grandes cosas a nuestros hijos, sin esperar nada a cambio. Así les veremos surgir en medio de las dificultades, pues hemos creado en ellos, la capacidad de enfrentar las crisis de la vida, saliendo victoriosos de ellas.

Que Dios te ayude en todo lo que emprendas hoy.

Dr. Miguel e Irene Garita, Ministerio Cuidado Familiar, Región Mesoamérica.