La madrugada del viernes 31 de julio, la provincia de Hato Mayor en la República Dominicana, fue inundada tras el paso del huracán Isaías. La Iglesia del Nazareno de la localidad se movilizó rápidamente para proveer un lugar para dormir y alimentos a los afectados.

Aunque los pobladores estaban alertas y sabían acerca de la llegada del fenómeno, las inundaciones les tomaron sorpresivamente mientras dormían.  Unas 750 familias fueron afectadas, muchas casas quedaron sumergidas en el agua casi en su totalidad, haciendo urgente e inmediata la evacuación de sus habitantes, quienes perdieron todas sus pertenencias.

La Iglesia del Nazareno en Hato Mayor, abrió sus puertas esa madrugada para albergar a quienes lo necesitaran. Esa misma mañana, al bajar las aguas, un equipo coordinado por la pastora de Iglesia del Nazareno Betel, en Hato Mayor, Hilda Félix, caminó por los alrededores para conocer las necesidades específicas de las familias. Se organizaron y ese mismo día comenzaron a distribuir almuerzos calientes y agua a las familias.

Ministerios Nazarenos de Compasión del distrito oriental, coordinado por Ana Franzuá, inmediatamente envío una ofrenda para continuar con la respuesta y movilizó a las demás iglesias del distrito para colectar artículos necesitados, la respuesta fue rápida y muy buena, lograron reunir alimentos, agua, ropa, zapatos, mascarillas, e incluso una ofrenda que sirvió para comprar una estufa y tanque de gas a una de las familias.

La pastora Hilda manifestó: “Hoy entendí por qué es tan importante ser parte de un concilio unido, no tengo palabras para agradecer la ayuda que me han brindado en este tiempo tan difícil para estas personas que han perdido todo. Mi corazón está conmovido y lleno de agradecimiento por la ayuda y el apoyo que me han brindado como distrito. Quiero decirles que hoy más que nunca valoro a mi iglesia, mi gente, mis líderes y a mis pastores, que son tan especiales y tan generosos. Estoy sumamente agradecida y doy gracias a Dios por ser parte de esta familia que es la Iglesia del Nazareno”.

Fuente: Dhariana Balbuena, Coordinadora de MNC de la Región Mesoamérica