“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delate la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;” Deuteronomio 30:19

Hoy día el valor de la vida se ha perdido, en muchos lugares la vida no vale nada, pues te pueden matar por cualquier cosa, es parte de la violencia que va en aumento y que da una sociedad enferma, con una pérdida de los valores esenciales del ser humano.

Cada día en el mundo se suicidan cerca de 8.000 personas de todas las edades y sexos, de este grupo las edades entre 13 y 29 años son el mayor porcentaje. Sin profundizar mucho las causas, creo que es vital aprender a amar la vida y escoger vivir bien, como dice el texto citado.

Lo que nos falta es aprender a amar la vida, me parece que los padres tienen una gran tarea en esto, y sugiero que se debe trabajar en lo siguiente:

  1. Padres e hijos aprendamos a amar la naturaleza, apreciemos la belleza de los colores, los árboles, las flores y los animales, respetémosla, cuidémosla y disfrutemos de ella.
  2. Aprendamos que, aunque la vida es difícil y dolorosa muchas veces, debemos vivirla plenamente, enfrentando los problemas y obstáculos con valor y optimismo, no debemos quejarnos tanto, la vida es bella y se compone de buenos y malos momentos.
  3. Aprendamos a tener un espíritu de lucha por las cosas, nunca te rindas, mientras tengamos vida, hay esperanza.
  4. Lo más importante, comprender que nuestra vida proviene de Dios, como una muestra de su amor, y para administrar la creación que Él hizo.
  5. Nos dio el valor, la inteligencia, la sabiduría, la fuerza, y el amor por la vida, por cuidar a los demás, por amar lo que hacemos, su perfecto amor quita el temor a vivir.
  6. Escoge vivir bien, muchos viven mal por sus decisiones incorrectas, vivir bien es amar lo que hacemos y amar a Dios sobre todas las cosas.

Sí cumples con estas cosas aprenderás amar la vida, y a vivir bien.

Que Dios te ayuden en todo lo que emprendas.

Dr. Miguel e Irene Garita, ministerio Cuidado Familiar, Región Mesoamérica