Del 9 al 11 de marzo de 2018, 51 jóvenes de República Dominicana y 2 de Haití, se unieron para apoyar y participar de la primer Máxima Misión del distrito oriente de Dominicana en la ciudad de Higüey.  Durante el fin de semana los jóvenes trabajaron en 5 áreas: comunión, servicio, evangelismo, discipulado y compasión. También se unió al trabajo la Primera y Segunda Iglesia del Nazareno de Higüey, sirviendo a la comunidad Juan Pablo Duarte.

Los líderes del distrito, la coordinadora de Misión Global, Elba Isabel Duson y el pastor Ramón Joseph, presidente de la JNI del distrito, trabajaron para la realización de la Máxima Misión que fue nombrada “Transforma: Cambia, Evoluciona” inspirados en Hechos 17:6.

Los participantes tuvieron tiempos devocionales, realizaron evangelismo casa por casa y en las calles, recolectaron basura, limpiaron vertederos, y concientizaron del cuidado del ambiente, realizaron una campaña evangelística con presentaciones artísticas, hicieron EBI, y dieron una charla para adolescentes y una para los padres. Por último se hizo entrega de juguetes, ropa y zapatos a las personas de la comunidad. En este tiempo 3 personas confesaron a Cristo como Señor y Salvador de sus vidas.

El participante, Lioni Taveras dijo: “Mi vida fue marcada durante esta Máxima Misión, pude compartir con diferentes personas que dejaron una huella en mi corazón, salimos a predicar, servimos a la comunidad y hasta limpiamos casas… me di cuenta que no solo es predicar la Palabra de Dios, también debemos mostrar la compasión. Así que tengo un reto por delante ¡escuchar la voz de Dios y ser obediente a él!”.

Elba Duson expresó: “Al terminar el fin de semana me di cuenta que la transformación no sucede de manera espontánea, sino que es un proceso que inicia con nuestras vidas hasta llegar a la vida de otros. Vi como Dios trabajó de manera individual en cada participante, cómo confesaban sus pecados y su necesidad de Dios en medio de la experiencia vivida; no solo la comunidad recibía el llamado a ser transformados sino que esto ya había iniciado en nuestras propias vidas.”

Fuente: Misión Global Mesoamérica