“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Juan 15:4-5 (RVR1960)

“…para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste… Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”. Juan17:21, 23(RVR1960)  

«El hombre es un ser social por naturaleza», dice el filósofo Aristóteles (384-322, a. de C.) Según él, esta naturaleza social se mantiene durante toda la existencia del ser humano, y le ha permitido sobrevivir en los tiempos. Sin embargo, como humanos estamos conformados por otras áreas. Una de ellas es denominada el individualismo. Es una cualidad que se aprende y que permite observar, analizar y explorar situaciones que ayudan a vivir en comunidad. El equilibrio entre ambas, produce la madurez, la responsabilidad social y la solidaridad. Todo esto le permite desarrollar la capacidad de adaptarse en la sociedad.

En este momento, el aislamiento y el distanciamiento social están poniendo en juego nuestro nivel de madurez, y lo más importante, la capacidad de adaptarnos a esta nueva situación.

Muchos se sienten mal al estar en casa, y buscan cualquier excusa para salir de ella. Otros, comienzan a sentirse ansiosos, deprimidos, cansados, estresados y cargados. Toda esta situación es nueva y atenta contra nuestra propia naturaleza social, ¿cómo podemos enfrentar esto?

  1. Busque la unidad de los sentimientos familiares, al mismo tiempo que busca la unidad que Jesús quiere con usted y su familia.
  2. La unidad personal con Jesús, es unidad con Dios. Esto nos lleva a ser uno y parte de la familia de Dios. Él es un Dios relacional. De esta manera seremos testimonio para otros de lo que Jesús hace en nosotros.  La unidad con Cristo nos lleva a entender el amor de Dios para nosotros. Este gran amor nos perfecciona. Permite desarrollar la madurez adecuada para comprender lo que necesitamos, y así adaptarnos de una manera completa, adecuada, sana, y eficaz a los cambios. Más en este momento por el que atraviesa la sociedad. Momento de confusión y caos.

Nosotros los cristianos, unidos al Señor, mostraremos que nuestro Dios tiene el control. Que saldremos victoriosos y unidos.

Que Dios te ayude en todo lo que emprendas hoy. Dr. Miguel e Irene Garita. Ministerio Cuidado Familiar. Mesoamérica. Iglesia del Nazareno