“Llamarás, y el Señor responderá; pedirás ayuda, y él dirá: “¡Aquí estoy!”  Mateo 11:28

“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”. 1 Pedro 5:7

“Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”. Isaías 58: 9 a

En estos días de pandemia han dado a conocer que mucha gente vive sola, personas viudas, divorciadas, estudiantes, y trabajadores que por una u otra razón viven solos, así como parejas solas.  Para muchos de ellos, sin importar la edad, este se ha convertido en un tiempo de mucha angustia donde generan sentimientos de melancolía y tristeza, así como una sensación de abandono. Muchos de ellos, terminan con problemas emocionales, porque el confinamiento puso en evidencia los vacíos de su “corazón”.

Todos necesitamos de alguien en la vida, pero a veces nos tocará enfrentarla solos. Muchos lo han hecho llenando el tiempo con actividades sociales, eclesiales u otras, pero la situación actual lo impide. El estar en confinamiento, por mucho tiempo solos, cambió la realidad, y esto puede llegar a llenar la mente de temores, ansiedad e incertidumbre.

El distanciamiento social, afecta la necesidad emocional. Si estás pasando por esto, queremos compartirte los siguientes consejos:

  1. Ve el confinamiento como un tiempo para cambiar, para ser libre de las ansiedades y los temores. Haz realidad en tu vida lo que dice 1 Pedro 5:7: “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”.
  2. Usa este tiempo para sanar y ser mejor. Libérate del sentimiento de abandono y de recuerdos tristes. Perdona a los que te hirieron, a los que tenían que cuidarte y no lo hicieron o no estuvieron para ti. Recuerda que Dios está contigo y siempre te dirá, “aquí estoy”.
  3. Haz una lista de los rencores y enojos que tengas contra sus padres, y toma la decisión de perdonarlos.
  4. Escribe las situaciones en las que necesitaste ayuda y los que tenían que cuidarte no lo hicieron. Hoy Dios te dice “Aquí estoy”.
  5. Detalla tus miedos por escrito, y afirma en cada uno de ellos: “Él cuida de mí, renuncio a mis miedos”.

Escribe todo a mano, una página cada día, pero recuerda analizar lo que escribes. Renuncia a lo que tengas que renunciar y perdona cuando lo necesites. Empieza a ver la vida con alegría, este es un tiempo de sanidad. Eclesiastés 3:15 dice: “aquello que fue, ya pasó, lo que ha de ser, ya es, pero Dios restaura lo que pasó” ¡Qué maravilla, este es un buen tiempo de ser restaurada, o restaurado!

Recuerda que no estas solo, Dios esta contigo, no te dejará, ni te desamparará, él cuida de ti, es tiempo de alegría y victoria. Saldrás mejor que como empezaste.

Equipo de Respuesta Covid-19, IDN Mesoamérica