“Mi padre, el Pastor” por Jonathan Bernal

Cuando fui niño lo disfruté mucho, lo veía estar en casa por las mañanas y algunas ocasiones por la tarde al regresar de la escuela, lo veía leyendo en su oficina y recibiendo visitas para platicar, lo veía predicar al menos 4 veces por semana vestido de traje tras un púlpito que me permitía valorarlo